LA NATURALEZA COMO PARTE DEL DISEÑO

El diseño del entorno inmediato prioriza la integración paisajística mediante una densidad significativa de vegetación, que actúa como un marco natural para las geometrías del edificio y como un filtro que suaviza la relación con el tejido urbano circundante. La vegetación no se limita al perímetro del proyecto, sino que penetra estratégicamente en los espacios arquitectónicos, generando una interacción directa entre el paisaje y las áreas habitables.

Además de su aporte estético, estas áreas verdes cumplen un rol esencial en la sostenibilidad ambiental del proyecto. Contribuyen a la regulación térmica, mejoran la calidad del aire y ofrecen espacios de descanso y recreo que potencian el bienestar de los usuarios. Este enfoque responde a una visión contemporánea de la arquitectura, donde la naturaleza y lo construido se fusionan para generar un impacto positivo tanto en el entorno como en sus habitantes.

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